“Por lo de los niños”, fue la respuesta que recibí de un analista que había seguido muy de cerca el proceso de paz de las FARC, cuando le pregunté la razón por la que el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, violando el concepto de la no injerencia en los asuntos internos de otro país, había dicho que la llegada de Hillary Clinton a la presidencia de los Estados Unidos en el año 2016, era lo mejor que le podía pasar al Acuerdo de Paz colombiano.
Tratando de entender la respuesta del analista, busqué información sobre Hillary Clinton y su relación con “lo de los niños”. Hilary Clinton y la Fundación Clinton, eran mencionadas, reiteradamente, en casos de tráfico de niños, casos de pedofilia y casos de rapto de niños para ser comercializados como esclavos sexuales en Hollywood y en Washington DC.
Hillary Clinton y John Podesta, por ejemplo, son mencionados como los grandes jefes del Pizza Gate, escándalo que se llamó así porque la fachada utilizada para el tráfico de niños con fines de explotación sexual era la de una pizzería que, también, a manera de clave, usaba los ingredientes de la pizza para identificar el género y las características físicas de los niños.
El Hogar Madre Teresa para Bebés, fue inaugurado en el año 1995 en la Western Avenue del exclusivo sector de Chevy Chase en Washington DC. Hillary Clinton se asoció con la hoy santa, Teresa de Calcuta, para fundar ese orfanato.
La iniciativa de Hillary Clinton surgió después del Desayuno Nacional de Oración de 1994, cuando dijo que el aborto era un derecho fundamental y la madre Teresa de Calcuta le contestó: “Por favor, no mates al niño. Quiero al niño. Por favor, dame al niño”.
No tenia sentido hacer un orfanato en un barrio exclusivo en el que solo viven millonarios burócratas estadounidenses, millonarios miembros de oenegés y millonarios representantes diplomáticos porque la narrativa de la eugenesia del aborto, promovida por el Partido Demócrata de los Clinton, está dirigida a los negros y latinos pobres que son los que pretenden exterminar, eliminando a sus hijos, castrando a los niños que sobrevivan al intento de aborto y destruyendo a sus familias.
La mansión estilo Tudor, sede del orfanato, estaba a la venta en el año 2006 después de haber sido abandonada, años atrás, por las monjas de la orden Misioneras de la Caridad fundada por la madre Teresa de Calcuta en 1950.
En el año 2019, el gobierno de la India, junto con el Ministerio de la Mujer y el Desarrollo de la Infancia, ordenó investigar a todos los orfanatos administrados por las Misioneras de la Caridad por serías sospechas de tráfico de bebés. Los mismos bebés que ellas cuidaban en el orfanato de Washington DC.
La Fundación Clinton, al parecer, era una fachada para esconder casos de tráfico de niños. Algunas de las celebridades que habían realizado actividades humanitarias, tras el terremoto ocurrido en Haití en el año 2010, denunciaron esas actividades ilícitas.
Varios aparecieron muertos en extrañas circunstancias, junto con una larga lista de antiguos colaboradores de los Clinton que fueron víctimas de una ola de suicidios sin precedentes. Ex agentes del FBI, confesaron que tenían prohibido realizar investigaciones a la Fundación Clinton
Bill Clinton, el esposo de Hillary, pertenecía al círculo íntimo de Jeffrey Epstein, un reconocido pedófilo que, en su lujosa mansión de Manhattan, tenía colgada una pintura de un travesti con la cara de Bill Clinton.
Entonces, la obvia explicación para la afirmación de Juan Manuel Santos, que lo mejor que le podía pasar al Acuerdo de Paz con las FARC era la llegada de Hillary Clinton a la Casa Blanca, estaba relacionada con el rapto sistemático de niños colombianos que los terroristas comunistas de las FARC y del ELN habían institucionalizado.
Tim Ballard, agente encubierto de una agencia estadounidense, en un operativo en contra del tráfico de drogas, fue citado en Cartagena, Colombia, por unos traquetos, para que recibiera un cargamento de niños después de haber recibido los alijos de droga de la transacción.
En ese momento, Ballard, entendió que el narcotráfico era solo una fachada del negocio del tráfico de los niños que raptaban los terroristas de las FARC y del ELN con la disculpa que los reclutaban para convertirlos en mini máquinas de guerra.
En abierta contradicción a la narrativa que pregonaban, haciendo abortar a las terroristas que quedaban embarazadas o que les quitaban a sus hijos recién nacidos porque, un niño, en el fragor del combate, era considerado como una desventaja militar.
Una dosis de cocaína se vende solo una vez pero, un niño, se puede vender 5 veces al día durante 10 años y después de haber sido abusado, destruido, al final, lo asesinan y obtienen ingresos millonarios por la venta de sus órganos y de su sangre que se considera el elixir de la eterna juventud por los que viven de verse jóvenes.
Tim Ballard, renunció a su actividad y se dedicó a combatir la esclavitud y el tráfico de niños. Fundó Operation Underground Railroad (OUR) y The Nazarene Fund después de haberse desempeñado como agente especial del Department of Homeland Security en dónde fue asignado al task force de los crímenes contra los niños.
Ballard, ante el Congreso de los Estados Unidos, ha mencionado a Colombia como un centro de acopio de niños (que se disputa el primer lugar con Ucrania) y se convirtió en un paso obligado de las mulas que llevan a los niños hasta los Estados Unidos.
El entonces presidente de la Federación Colombiana de Víctimas de las FARC, el periodista Herbín Hoyos (QEPD), dijo que durante el periodo comprendido entre los años 1990 y 2016, desaparecieron 39.700 niños colombianos que habían sido raptados por las FARC y el ELN.
4 niños raptados al día, durante 26 años, un crimen de lesa humanidad ocurrido al interior de una sociedad enceguecida, estúpida, idiotizada, que lo terminó naturalizando porque alguien se inventó que las FARC y el ELN tenían una Patente de Corso que les permitía robarse a los niños colombianos para salvarlos, para liberarlos de las garras de la miseria en la que vivían y, de paso, crear un ejército de niños que peleará contra soldados profesionales y, así, lograr tomarse el poder por la fuerza.
Con el desarme de las FARC, que le entregó sus armas a representantes de la oenegé ONU, y la implementación del Acuerdo de Paz, lo lógico era que desapareciera el reclutamiento forzado de niños pero, increíblemente, aumentó, especialmente, durante la pandemia, según el seguimiento regional realizado por la Fundación Ideas para la Paz.
En donde más siguen “reclutando” niños es en el departamento de Antioquia pero, curiosamente, es el departamento en el que menos presencia guerrillera existe. En Antioquia queda Necoclí, el puerto de salida de los migrantes que llegan desde todas partes del mundo como si se tratara de un pre requisito para poder llegar a los Estados Unidos.
El nulo conocimiento de economía de los traquetos, no les dejó entender que la Ley de la Oferta y de la Demanda es implacable. Ante el aumento desproporcionado de los cultivos de coca, el precio de la coca se cayó y, además, el consumo de cocaína, en el mundo, se cayó porque apareció el fentanilo.
Sin embargo, los enormes ingresos que reciben las estructuras criminales en Colombia están aumentando, tanto, que se está librando una cruenta guerra entre los diferentes grupos terroristas que buscan apoderarse del control del negocio que, evidentemente, no se trata del negocio de la cocaína porque, ese negocio, ya se quebró.
Las reiteradas acusaciones que hace las FARC en contra del Estado colombiano por incumplir con lo pactado en el Acuerdo de Paz del 2016, que nadie entiende porque es evidente que las únicas incumplidas son las FARC, parece estar relacionadas con la incapacidad para cumplir con la impunidad total prometida sobre este crimen de lesa humanidad, con la ayuda de influyentes personalidades del escenario político mundial.
Conscientes de eso, tal vez, los terroristas Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko” de las FARC y Violeta Arango, alias “Violeta” del ELN, optaron por cambiar su estrategia de decir que habían sido víctimas de un entrampamiento y se inventaron, mejor, que los niños que tenían en su poder o que habían sido abusados sexualmente por miembros de sus grupos terroristas, había sido por su propia voluntad y con su consentimiento, en un país en el que un niño no es autónomo para ponerse un tatuaje, para tomarse una cerveza o para manejar un carro.
Alguien cercano a la producción de la película Sound of Freedom (Sonido de Libertad), me decía que era evidente que en Colombia estaban involucradas personas muy poderosas en el rapto y tráfico de niños porque habían evitado por todos los medios posibles la proyección de la película en las salas de cine colombianas. Tristemente, todo parece indicar que es así.
Ellen DeGeneres, durante la entrega de los premios Oscar del año 2014, hizo un pedido de varias pizzas para ser entregadas a las estrellas más prominentes de Hollywood. DeGeneres huyó a Inglaterra, precisamente, porque estaría involucrada en la red de tráfico de niños que se escondía bajo el disfraz del Pizza Gate que, anteriormente, estuvo protegida bajo un manto de total impunidad.
Este artículo fue publicado, inicialmente, el 10 de julio del 2023 en El Expediente. El autor considera oportuno, volver a publicarlo, al recobrar vigencia el tema, tras la huida intempestiva de varios de los implicados, las revelaciones hechas y la información publicada, que termina confirmando lo dicho hace un par de años.