“Haznos regresar en paz, y líbranos de todo enemigo…”
La plegaria extraída del Sidur (libro de oraciones judío) cobra una nueva dimensión tras la liberación de Edan Alexander, joven de 21 años con doble nacionalidad estadounidense e israelí. Alexander fue secuestrado por el grupo terrorista Hamás el 7 de octubre de 2023, durante el brutal ataque perpetrado contra el sur de Israel, mientras prestaba servicio en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Luego de soportar 548 días de cautiverio en los túneles de Gaza, fue finalmente liberado este 12 de mayo de 2025 y entregado a la Cruz Roja en Khan Younis, al sur del enclave palestino.
Hamás presentó su liberación como un gesto de buena voluntad hacia Estados Unidos, en un momento geopolíticamente oportuno: la visita del presidente Donald Trump a la región. La emoción entre sus familiares fue inmediata. Su abuela, Varda Ben Baruch, símbolo visible de las protestas por la liberación de los rehenes, expresó su alivio ante los medios israelíes: “Gracias a Dios, hoy lo recibiremos. Es el día en que renace”. Aun con la alegría, persistía la incertidumbre: “No sabemos en qué condiciones estará. Espero que esté seguro, física y mentalmente”.
Ben Baruch también agradeció al presidente Trump, a quien calificó como “un mensajero de Dios” por su papel clave en las negociaciones. “Trump hizo todos los esfuerzos, y es un buen enviado del Santo, bendito sea. Gracias a Dios, el gobierno se preocupó por él”, afirmó, subrayando que el proceso de liberación se gestionó sin la participación directa del gobierno de Benjamin Netanyahu.
Rehenes con doble nacionalidad: una dimensión humanitaria y diplomática
El caso de Edan Alexander no es aislado. Otros ciudadanos con doble nacionalidad también han sufrido secuestros prolongados. El argentino-israelí Iair Horn fue liberado en febrero de 2025 tras casi 500 días de cautiverio. En el mismo acto, llevado a cabo en Khan Younis, fueron liberados otros dos rehenes. Trágicamente, en el caso de la familia Bibas, Hamás entregó los cuerpos sin vida de los pequeños Kfir y Ariel, de dos y cinco años, junto a su madre Shiri.
Por su parte, los hermanos David y Ariel Cunio, también de origen argentino-israelí, siguen desaparecidos y se presume que continúan en manos de Hamás, según reportes de la Embajada de Israel en Argentina.
Estos casos reflejan la complejidad del tejido social israelí, marcado por una importante presencia de ciudadanos con raíces extranjeras. La migración hacia Israel desde países como Estados Unidos y Argentina ha experimentado variaciones notables en las últimas décadas. En el caso estadounidense, el número de personas que realizó Aliá (emigración a Israel) alcanzó un pico histórico reciente en 2021, con más de 4.000 inmigrantes, el número más alto desde 1973. Esta cifra representó un aumento del 30 % respecto al año anterior. En 2022, la cifra descendió levemente, pero volvió a subir en 2024, cuando se registraron 2.202 nuevos inmigrantes, marcando un aumento del 11 % en comparación con el año previo.
En cuanto a Argentina, que alberga la comunidad judía más grande de América Latina — estimada en 180.000 personas según el demógrafo Sergio Della Pergola—, el flujo migratorio ha sido más intermitente y de menor volumen. La situación económica, la inseguridad jurídica y las tensiones políticas han generado olas migratorias puntuales, aunque no comparables en magnitud a las provenientes de Estados Unidos. A su vez, factores globales como la pandemia, los conflictos regionales y las restricciones migratorias han influido en la fluctuación de estas cifras.
Una negociación tensa: sin tregua, con pausa
La liberación de Alexander se dio bajo condiciones estratégicamente calculadas. Israel accedió a suspender temporalmente sus operaciones militares para garantizar un corredor seguro. “Hamás fue informado de que, exactamente a las 9:30 a.m., Israel detendría sus vuelos de reconocimiento, drones y aviones de guerra para crear un corredor seguro”, indicó un portavoz militar. No obstante, el primer ministro Netanyahu dejó en claro que no se trató de un alto al fuego: “Israel no se ha comprometido a un cese de hostilidades, sólo a una pausa táctica para facilitar la liberación de Edan”.
Netanyahu también advirtió que las operaciones contra Hamás continuarán, incluso mientras se negocia la liberación de otros rehenes. De los 19 soldados capturados el 7 de octubre, siete mujeres ya fueron liberadas, cinco hombres fueron liberados en acuerdos previos, uno fue rescatado y otro hallado sin vida. Actualmente, 14 soldados israelíes siguen en manos de Hamás, aunque ocho de ellos ya fueron declarados muertos por las autoridades.
El rol de Trump y el mensaje internacional
La familia Alexander expresó un agradecimiento especial hacia la administración estadounidense. Edan será trasladado a Doha, donde se espera que se reúna personalmente con el presidente Trump, quien ha mantenido un perfil diplomático activo durante esta crisis. “Estoy muy feliz de que se encuentre con el presidente”, declaró su abuela, reflejando la expectativa de que este acontecimiento pueda abrir la puerta a futuros acuerdos.
En Tel Aviv, decenas de simpatizantes se congregaron portando pancartas con la leyenda “Trump, confiamos en ti”, lo que demuestra el impacto político de la liberación en el ámbito internacional. La oficina de Netanyahu también emitió un comunicado confirmando una llamada de agradecimiento al presidente estadounidense.
En los últimos días, Hamás ha mostrado una apertura hacia nuevas negociaciones por un cese del fuego e intercambios de prisioneros, aunque Israel insiste en que no detendrá su ofensiva hasta que la amenaza del grupo sea completamente desarticulada.
Mientras Yael Alexander se prepara para abrazar a su hijo tras 19 meses de angustia, el mundo observa con cautela si este gesto humanitario puede convertirse en un primer paso hacia una solución más amplia. Por ahora, la guerra sigue su curso, y otras familias aún esperan la tan ansiada llamada que anuncie el regreso de sus seres queridos.