Buenos Aires, 27 de febrero de 2025
A partir de este viernes, el ecosistema de pagos en Argentina se transforma de forma significativa con la implementación de la modalidad de transacciones en dólares. Impulsada por el Banco Central (BCRA) y el Gobierno, la nueva medida permite a los consumidores abonar bienes y servicios utilizando tarjetas de débito asociadas a cuentas en dólares y billeteras virtuales, en un proceso que busca generar competencia entre el peso y la divisa estadounidense.
Una iniciativa histórica en la modernización de los pagos
La medida, que forma parte de la estrategia de “competencia de monedas”, se fundamenta en la normativa A-8180 publicada recientemente en el Boletín Oficial. Según esta regulación, los comercios que opten por adoptar la nueva modalidad podrán recibir pagos en dólares sin necesidad de realizar conversiones a pesos, eliminando cargas impositivas adicionales y simplificando las transacciones. “El objetivo es brindar mayor flexibilidad a los consumidores y dinamizar el comercio, al tiempo que se fomenta una mayor integración de la tecnología en el sistema financiero”, declaró un representante del BCRA.
Además de la aceptación directa de dólares, la nueva normativa contempla dos
innovaciones clave:
Pagos mediante códigos QR interoperables: Inicialmente habilitados para tarjetas de crédito, estos sistemas se extenderán a las tarjetas de débito a partir del 1 de abril. La interoperabilidad permitirá a los usuarios escanear un código y pagar en la moneda de su elección, optimizando la experiencia de compra.
Transacciones en cuotas a través del DEBIN programado: Esta variante del débito inmediato posibilitará que los consumidores dividan el pago de sus compras en cuotas fijas, ya sea en pesos o en dólares. A diferencia de los pagos con tarjeta de crédito, en este esquema el riesgo de impago recae directamente en el comerciante, lo que requiere una evaluación cuidadosa de las condiciones de cada operación.
Impacto en distintos sectores y desafíos en la implementación
En un primer momento, se espera que la adopción de pagos en dólares se concentre en aquellos rubros donde la utilización de la divisa ya era habitual de manera informal, como el sector turístico, el inmobiliario y la venta de electrodomésticos o bienes de consumo duradero. En estos ámbitos, la formalización de los pagos en dólares podría facilitar transacciones de alto valor y mejorar la transparencia en las operaciones comerciales.
Por otro lado, comercios del sector minorista, supermercados y negocios de productos alimenticios podrían experimentar una implementación más gradual. La transición requiere que tanto los comercios como los procesadores de pagos realicen importantes inversiones tecnológicas para adecuar sus sistemas a las nuevas exigencias regulatorias.
Una apuesta por la modernización y la estabilidad económica
La estrategia de competencia de monedas no solo responde a la necesidad de modernizar el sistema de pagos, sino también a un escenario económico en el que el manejo de divisas cobra relevancia. Tras años de volatilidad y una alta dependencia de la informalidad en transacciones en dólares, la iniciativa del BCRA aspira a ofrecer un marco seguro y regulado que fomente la inversión y la confianza tanto de consumidores como de comercios.
Expertos destacan que, aunque la medida supone un avance importante en términos de innovación financiera, también implica desafíos considerables. La integración de sistemas de pago en dos monedas simultáneamente exige ajustes continuos en la infraestructura tecnológica y un monitoreo riguroso de los riesgos asociados, especialmente en lo que respecta a la ejecución de planes de pago en cuotas.
En definitiva, la apertura a los pagos en dólares representa un paso decisivo en la transformación digital del sistema financiero argentino. Con el avance de la implementación y la adaptación de los distintos sectores económicos, el país se posiciona para afrontar los retos de un entorno global cada vez más interconectado, en el que la competencia de monedas podría marcar un antes y un después en la dinámica comercial y en la estabilidad económica.
Este cambio, que llega en un momento de profunda transformación económica y tecnológica, podría sentar las bases para una mayor inclusión y eficiencia en las transacciones diarias, beneficiando a millones de argentinos y modernizando el comercio en toda la nación.